martes, 6 de noviembre de 2012

Parte IX: 1 de diciembre - Nelson Lakes NP

Cambiamos de mes y entramos en quizás la fase del viaje que recuerdo con más cariño. Si estaba seguro de que Fiorland, Queenstown o Wanaka nos iban a dejar satisfechos, tenía mis dudas acerca del norte de la isla sur. Abel Tasman NP a pesar de su protección frente a la masificación, sonaba un poco a turismo de playa, y Nelson Lakes NP era uno de los parques nacionales con menos relumbrón. Sin embargo, fueron dos días maravillosos, con un tiempo excepcional y anécdotas para recordar toda la vida.


Salimos al amanecer de Westport y decimos adios a la costa oeste para encarar el Parque Nacional de los lagos Nelson. Teníamos planeado pernoctar en el norte, en Motueka, y Nelson Lakes quedaba de camino, así que no lo dudamos. Lo primero que nos llamó la atención fue la cantidad de carteles alertando de que los kiwis habitaban el lugar.


A pesar de ser un pájaro nocturno, abrimos bien los ojos por si veíamos alguno, pero nada. Es una pena que casi estén estinguidos. Lo que se ve por todos lados es el possum, una especie de visón australiano introducido en el siglo XIX, al que la gente en Nueva Zelanda tiene muy poco aprecio.

Cuando llegamos leímos lo que ponía la Lonely Planet: "El lugar posee un inesperado aire a Fiordland pero sin multitudes"...sin multitudes no, ¡estábamos solos! Nos tiramos una hora a disfrutar de un paraje espectacular, con el único ruído de los patos nadando a nuestro lado. Totalmente idílico.



Podríamos quedarnos allí una semana, pero tocaba subir al Mt. Robert, una ruta circular corta pero empinada, que nos permitió tener unas excelentes vistas de los lagos glaciares y los montes de los que se nutren sus aguas. La ruta ponía 5h, pero Sonia empezó a caminar a toda velocidad, y parando un montón de veces a sacar fotos y disfrutar del paisaje la completamos en apenas 3h. Según Mr. Garmin 2h15m efectivas caminando, 8,6km y 856m de desnivel positivo acumulado.




Nos apresuramos a llegar a Motueka con tiempo de darnos un baño en la playa. Motueka es un concurrido pueblo a las puertas del Abel Tasman NP, por lo que contrasta bastante con la soledad y poca actividad de los pueblos de la costa oeste. Sin embargo, Motueka Beach es una especie de ciénaga con piedras en vez de arena, así que renunciamos a nuestra idea y nos fuimos a cenar de restaurante.

El Gothic Gourmet no prometía mucho con su aspecto un tanto inquietante, ubicado en una antigua inglesia. Sin embargo cenamos de maravilla. Pollo tierno en su punto y un cordero a la piedra excepcional. Qué rica está la carne en Nueva Zelanda. Regamos la cena con un tinto joven de Nelson que nos recomendó el camarero, pero la verdad es que no estaba muy allá, no tenía mucho cuerpo, pero como comprobaríamos después los vinos en Nueva Zelanda en general son bastante suaves y afrutados. De postre...pues sí, helado :)  La atención de los camareros excepcional, nos cobraron 25 € por persona, y nos trataron como si estuvieses en un restaurante de lujo. Si hay una palabra que defina a los kiwis, esa es "amables".

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